lunes, 12 de diciembre de 2011

Ser hincha de la "U"

Por Ricardo Pinto, Diario El Clarín Chile. Escrito el 4 de agosto de 2010, al día siguiente de la derrota ante Chivas de Guadalajara por la semifinal de la Copa Libertadores.

Una de mis frases más resistidas y criticadas dice “no hay fútbol más perdedor que el chileno”. Así de crudo. Según yo, la cantidad de años jugando competencias internacionales, los adelantos y buenaventuras económicas de los clubes no se condice con el paupérrimo caudal de resultados. Mal que mal, tenemos 100 años de actividad. Y no es proporcional. Anoche, la Universidad de Chile sumó otra página al libro de los tropiezos. Una bien triste…

Porque más allá de los colores propios del redactor –no me sumo al absurdo del periodista chileno que tiende a mal esconder su afición como si fuera pecado-, el estadio estaba maravilloso y no con la reinauguración. "Los Leones" saltaban a buscar un paso a la historia que les quedó grande. Y eso no disminuyó el marco impresionante e inigualable. Por espectáculos así es que el turista europeo viene a Sudamérica a empaparse de fanatismo, principalmente a destinos clásicos en Argentina. Fue sobrecogedor como en la misma instancia de 1996. Fue historia en las gradas. Y allí es donde me quiero quedar. En lo distinto, especial, sacrificado y casi siempre mal retribuido que significa ser hincha de la “U”…

Algo tiene esa camiseta. Nadie más está considerado entre los principales clubes del continente sin títulos, sin un estadio o sin grandes logros internacionales. Ser de la “U” se marida con la pasión sin gloria. Es ser hinchada. No hablo de la antigua mafia que se conoce como “Los de Abajo”, ese grupo de aprovechadores de una marca gigante que deambulan por el país creyéndose tatuaje oficial en la piel del fanático. El hincha de la “U” tradicional no entra gratis, ni “aprieta” cual matón a los jugadores. Ese resabio se puede terminar mañana. Cosa de políticas duras. Como las que empieza a implementar la ANFP vigente con los sectores “populares”. Hoy, les hablo del tablón, del romántico viajero…

¿Sabía ud que las entradas para esta semifinal eran las más caras que un club chileno haya cobrado en la historia por un partido oficial? Se agotaron en un día y medio. El precio, sobrecargado para el espectáculo sólo refrenda el espíritu de la hinchada azul. No hay cuota inalcanzable. La demanda deberá ser colada, seleccionada y colapsará igual. Habrá aglomeración, porfía, reventa indecente y aprovechamiento sin discriminación. Da lo mismo. El tipo que es de la “U”, se mata por estar con su equipo cuando hay que estar…

Ser hincha de la “U” se hermana con el sacrificio. Uno puede irse de pie en un bus de mala muerte desde Concepción a Santiago para ver una semifinal con River y sentirse pagado con una muestra de devoción multitudinaria. Uno puede recorrer el país en su juventud junto a una barra hasta que se da cuenta que esos mismos pululan como bichos y se alimentan del fervor de los demás. Ser hincha de la “U” es enamorarse de su entorno cuando estaba jugando en la Segunda División. Entender que es el motor más honesto dentro del mundillo del fútbol de este lado del mundo. Uno carente de sumo éxito como excusa y piso,. Uno que se justifica por grandeza natural.

Ser hincha de la “U” es no vivir de glorias pasadas aunque se tengan. Es respetar a los que hicieron algo por la insignia en el pecho e ir para delante con los sueños. Ser hincha de la "U" es querer tocar el cielo y volver a intentarlo ante el más mínimo tropiezo. Es ir a todas y estar en todas. Ser un azul de corazón es creer y cantar desde tu butaca. Es reconocer al de al lado. Tener nobleza, hidalguía. Acostumbrarse a la soberbia del resto. Es abrazar el emblema patrio, la tricota roja y asumir su apoyo cuando los demás se marchan en temporadas de mala cosecha. Es ser irrenunciable. No importa el marcador de hoy. Mañana siguen siendo los mismos… Imitados por donde se vaya. Igualados en ninún rincón.

No existe otro equipo así. No encontrarán otra hinchada así. El futuro estadio y la copa que se escapó ayer eran sólo adminículos para decorar un romance permanente. El que se pone esa camiseta la siente desde el primer día. El que no, generalmente será quien esté en la cancha vistiéndola ocasionalmente y no tiene méritos para el rol. Se irá sin pena ni gloria. En la vida se buscan dos cosas. Dinero y reconocimiento. Sólo el que juega por la “U” tiene asegurado lo segundo aunque no consiga marcas históricas. Ser hincha de la “U” es agradecer eternamente al que corre por ti como tú lo harías en la cancha. Nadie más que de se dedique a la profesión del balón gozará tal imborrable privilegio…

Ser hincha de la “U” obliga a mentalidad ganadora sin importar los antecedentes. Ser hincha de la “U” alienta el apetito de superación. Ser hincha de la “U” es una marca indeleble, es una herencia que se agradece y se perpetúa. Es entender el fútbol en su raíz más básica: la del que respira y vive por ver acción en una cancha.

Se lleva en la sangre y es superior a todo. Ser hincha de la “U” es querer, ir más allá del horizonte. Continuar el sendero por más piedras que arroje el camino. Es amar el juego y la desnudez de la mujer como la más pura expresión de la creación. Como en su himno. Es amor. Por la camiseta, por la vida. Por la oportunidad de pertenecer a algo tan grande…A un emblema tan inigualable…

1 comentario:

Es muy aburrido leer tantas opiniones escritas por "Anónimo". Ponte un nombre o nick de manera de que sea más fácil contestarte. Gracias por tu comentario.