De poca repercusión, para lo que él merece, nos pareció el homenaje que Universidad de Chile tributó a Braulio Musso. La última noche del Hexagonal fue despedido oficialmente por la "U". En este grabado, a parte de la presencia del homenajeado y del capitán universitario, lo interesante está en la camiseta que le regalaron sus ex compañeros a Musso. Ahí está la síntesis de toda una carrera. Los números corresponden a todos los puestos en que Braulio Musso jugó en la "U".
 |
Este era el Musso de su mejor época, cuando la
casaquilla de la "U" terminaba empapada. Cierra los
ojos, cansado, pero feliz. El triunfo llegó con esfuerzo
y trajín, pero compensó. |
Cuando se jugó esa maratónica fecha de tres encuentros en el Hexagonal, hubo por ahí una ceremonia que hizo pensar a mucho de los que estaban presentes: ¡ya era tiempo!". Se trató de la entrega de una plaqueta de oro y de una camiseta que hicieron los jugadores de Universidad de Chile a Braulio Musso, el antiguo jugador de la "U", cuyo retiro de las canchas ni siquiera se había anunciado. Resultó algo simpático y emotivo. El reconocimiento de un club a un viejo defensor. El adiós a uno de esos jugadores símbolos que tiene cada equipo, modelo ejemplar, que debe abandonar luego de años de defensa de esos mismos colores.
Claro, es que, recordando más tarde los detalles, más de alguien admitió que la ceremonia no había resultado, que algo faltó en esa ocasión.
- Claro es que algo faltó, y muy importante: que no se hizo presente ningún dirigente en esa ocasión, porque la idea de la plaqueta fue nada más que de los jugadores y entrenador. La plaqueta dice "A Braulio Musso, el plantel de la "U" y su cuerpo técnico", y una fecha: "3 de enero de 1969", y la reunión en que me fueron entregados esos obsequios se jugó el 4.
"Del Hexagonal yo vi todos los partidos en que participó Universidad de Chile, y esa noche, en el descanso del partido entre Estrella Roja y Corinthians, fui al camarín a saludar a los jugadores, y cuando estaba con ellos me di cuenta de que algo sucedía entre ellos, o entre ellos y yo, porque algunos cuchicheaban, se hacían gestos como refiriéndose a mi, hasta que Marcos, que no puede quedarse callado nunca, me dijo: "Viejo, creo que te vamos a hacer un regalo".